Madeleine Barbachan, Licenciada en Gestión y Alta Dirección, con mención en Gestión Empresarial de la PUCP, con interés en Gestión de Proyectos, Gestión Estratégica, Responsabilidad Social, Operaciones y Logística. Posee experiencia en gestión empresarial de proyectos mineros. Asimismo, ha desarrollado investigaciones académicas sobre la Gestión Pública de los Recursos Hídricos en el Perú y el Desarrollo de Proveedores en cadenas agroexportadoras de productos orgánicos peruanos.
A lo largo de los últimos años, el Perú ha avanzado de manera significativa en el desarrollo de la Responsabilidad Social Empresarial. Todo ello está enmarcado en un enfoque de desarrollo sostenible en el cual el Perú buscará alinear sus políticas a los principios de la Agenda 2030, de tal manera que se logre el cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Por tanto, el concepto de sostenibilidad será el marco clave y transversal para comprender todas las implicancias de la RSE.
Según el último informe del Anuario de Corresponsables, organización que difunde las prácticas de RSE de diversas organizaciones para poner en valor sus actividades responsables, se señala que existe una progresiva adopción y consolidación de políticas de RSE y sostenibilidad por parte de los empresarios peruanos. En consecuencia, la sostenibilidad se está convirtiendo cada vez más en un aspecto clave en la gestión empresarial y de manera paulatina está empezando a ocupar un lugar más destacado en la jerarquía organizacional de las empresas (Corresponsables 2016).
El panorama actual exige que las empresas implementen diversas estrategias, como parte de sus políticas corporativas, para mejorar el desarrollo y alcance de sus lineamientos de acción dentro de la Responsabilidad Social Empresarial, lo cual debe reflejarse en el ámbito interno y externo. Por tanto, el presente artículo pretende abordar el desarrollo de la RSE en el Perú, evidenciar la importancia que tiene hoy en día para las empresas, analizar las implicancias que posee y fomentar las buenas prácticas de RSE para enfrentar los nuevos desafíos y aprovechar las oportunidades.
Una empresa sostenible será aquella que cree valor para sus accionistas, para la sociedad y el medioambiente”
Conceptos básicos de Responsabilidad Social Empresarial
Para comprender el desarrollo y situación de la RSE en el Perú, es fundamental manejar algunos conceptos claves. La Responsabilidad Social Empresarial se basa en diversos pilares como la sostenibilidad, principios y herramientas como reportes de evaluación para poder medir el impacto de las estrategias aplicadas por cada organización dentro de sus programas corporativos de responsabilidad social. A continuación se explicará los conceptos mencionados que pueden ser aplicados a toda organización.
Para comprender la esencia y significado de la RSE es fundamental entender el concepto de sostenibilidad, el cual vendría a ser la capacidad que tiene la empresa para crear valor económico y al mismo tiempo respetar los derechos de aquellos con los que se relaciona, es decir, buscar una equidad social y también preservando el medioambiente en el desarrollo de sus actividades de negocio. Por tanto, una empresa sostenible será aquella que cree valor para sus accionistas, para la sociedad y el medioambiente.
Asimismo, luego de haber analizado el concepto de sostenibilidad y comprender que la empresa debe generar valor para los grupos con los que se relaciona bajo un enfoque de desarrollo sostenible, ahora nos enfocaremos en la Responsabilidad Social Empresarial (RSE). Este concepto abarca tres niveles, los cuales comprenden la responsabilidad legal, la responsabilidad colectiva y la responsabilidad individual.
La primera se relaciona con cumplir las normas, la segunda busca cumplir las reglas y estándares consensuados a nivel colectivo en el cual la empresa desarrolla sus actividades, y, el tercero, se relaciona con un código propio de conducta, desde una acción social externa, un plan de conciliación de vida familiar y laboral para los empleados, un plan de pago justo para los proveedores hasta la realización de una memoria de RSE (Moreno, 2015).
Ámbitos y ejemplos de buenas prácticas en la RSE
Las empresas aplican los principios de la RSE de diferentes maneras. Asimismo, realizan acciones que se pueden agrupar en los siguientes ámbitos. A continuación, se revisarán algunos ejemplos de programas de RSE presentados en el último reporte de Corresponsables (2016).
Ámbito Económico – Corporativo
La implementación de políticas de RSE resulta beneficiosa para la empresa, no solo en términos económicos, sino también para mayor confianza y buena reputación en el mercado. Por ejemplo, Sodimac logró consolidar su liderazgo y es reconocida como la “Mejor tienda de mejoramiento del hogar” y ha logrado posicionarse en el décimo lugar en el Ranking de “Great Place to Work” (Corresponsables 2016).
Ámbito Ambiental
La preservación del entorno natural y ecosistemas existentes en el desarrollo de las operaciones de la empresa es un ámbito fundamental para ser sostenibles en el tiempo, hay mayor conciencia de desarrollar procesos eco-eficientes en el uso de los insumos. Por ejemplo, la empresa Securitas, logró obtener 92 de los 100 puntos posibles en el CDLI (Índice de Liderazgo de Divulgación de Carbono) en el 2015. Asimismo, las emisiones medias de CO2 se redujeron en un 3.4% en vehículos y un 1.1% en monovolúmenes.
La importancia de los grupos de interés o stakeholders se ha incrementado en los últimos años, las empresas poseen mayor conciencia sobre la necesidad de mantener una comunicación constante y procesos de transparencia con los mismos”
Ámbito Social
Los lineamientos enfocados para favorecer a la sociedad, sobre todo con las zonas cercanas al giro de negocio de las empresas, son claves para establecer vínculos con la comunidad y generar confianza. Como ejemplo, la empresa Danper es la primera agroindustria peruana en implementar un CITE (Centro de Innovación Productiva y Transferencia Tecnológica) en convenio con el Ministerio de la Producción para contribuir con el incremento de la competitividad del sector agroindustrial (Corresponsables 2016).
Ámbito laboral
El talento humano dentro de las organizaciones es un pilar fundamental para el éxito y permanencia en el mercado; por ello, las empresas deberán brindar las mejores condiciones para sus colaboradores. Como ejemplo de ello, la empresa Pfizer ocupó el segundo lugar en la categoría “Promoción del balance trabajo – familia” en el año 2016, otorgado por el Ministerio de Trabajo. Asimismo, la empresa Securitas implementó su Programa de Vida Saludable para prevenir enfermedades relacionadas al estado nutricional de los colaboradores.
Diálogo con Grupos de Interés
La importancia de los grupos de interés o stakeholders se ha incrementado en los últimos años, las empresas poseen mayor conciencia sobre la necesidad de mantener una comunicación constante y procesos de transparencia con los mismos. Sin duda, ello involucra garantizar un comportamiento ético en todos los procesos. Por ejemplo, Sodimac participó en el Primer Congreso de Escuelas de Conductores y Centro de Formación para la Seguridad Vial del país, allí se expuso la campaña “Panel de Descanso” implementada en la carretera Panamericana Sur para beneficio de la comunidad.
Reportes de evaluación
La transparencia por parte de las empresas, que es cada vez más valorada en la sociedad civil, se realiza a través de documentos denominados reportes de evaluación que son elaborados en función de guías metodológicas e indicadores. Ello es importante porque la presentación de estos reportes puede lograr reforzar la confianza en los grupos de interés de la empresa (Gestión, 2014). Por tanto, la información que se muestra en dichos documentos es fundamental para analizar los logros de las compañías en términos de responsabilidad social. A continuación, se muestran dos tipos de reportes (Canessa & García, 2005).
El Balance Social es una memoria que la empresa emite periódicamente, en el cual se presentan los proyectos, beneficios y acciones sociales dirigidas a todos los grupos involucrados (accionistas/ inversionistas, colaboradores, clientes, proveedores, gobierno, comunidad y medio ambiente, entre otros). Asimismo, se considera como un instrumento estratégico para respaldar, difundir y motivar el ejercicio de la responsabilidad social empresarial. Este instrumento emplea variables e indicadores. Las variables están relacionadas a áreas de actividad y los indicadores expresan las variaciones en los mismos. Además, el Balance social está dividida en dos áreas: interna y externa. La primera se refiere a la información y evaluación del cumplimiento de la responsabilidad social de la empresa con sus trabajadores. Mientras que el área externa, se refiere a la responsabilidad de la misma hacia los sectores externos con los cuales la compañía tiene algún tipo de relación.
Por otro lado, además del Balance Social, han surgido diferentes esquemas de información sobre el rendimiento de la empresa en términos de desarrollo sostenible. Destaca entre ellos la Guía de Elaboración de Memorias o Reportes de Sostenibilidad de la Global Reporting Initiative (GRI). Éste muestra 91 indicadores clasificados por categorías que abarcan aspectos económicos, ambientales, laborales, de derechos humanos, comunidad y responsabilidad sobre el producto.
Asimismo, en la última versión en el año 2014, el GRI demanda que los esfuerzos de la RSE no deben limitarse a políticas aisladas, sino que se debe buscar una estrategia integral (Gestión, 2014). Por tanto, ello insta a que colaboren todas las áreas de la empresa y se reporten aspectos relevantes para todos los grupos de interés y se tomen decisiones acertadas. Por ejemplo, grandes empresas como Alicorp, Sodimac, Petroperú y Belcorp presentan anualmente sus reportes de sostenibilidad.
La RSE en el Perú
A lo largo de los últimos años, en el Perú han surgido un mayor número de empresas interesadas en el tema de RSE. Este cambio ha sido producto de una ardua y larga labor de sensibilización, difusión y viralización del concepto. Es así que la RSE en el Perú se viene canalizando a través de un conjunto de iniciativas que buscan abordar de forma práctica y efectiva este nuevo valor de conciencia empresarial. Inicialmente, las organizaciones que empezaron a aplicar estrategias de RSE fueron las transnacionales. El resultado fue positivo no solo porque lo integraron y comunicaron sino también porque empezaron a implementarlo dentro de su cadena de valor.
Dentro de este nuevo enfoque, es importante señalar algunos cambios en el Perú que de alguna manera van a determinar las nuevas reglas de juego para las empresas, los cuales se explicarán a continuación. Por un lado, existe un nuevo gobierno que contempla el desarrollo conectado con políticas de sostenibilidad ambiental. Además, cabe resaltar que existe una política de incentivos a la innovación con fondos concursables y beneficios tributarios para empresas que desarrollen investigaciones que contribuyan al desarrollo del Plan de Diversificación Productiva. Asimismo, existen condiciones positivas para lograr un boom forestal, alineado a la meta nacional para disminuir la deforestación que actualmente tiene un ritmo alarmante de 130,000 hectáreas anuales. Adicionalmente, la tendencia actual es que el capital humano está en una dirección de economía verde y las instituciones educativas están priorizando los temas de innovación y medioambientales (Iturregui & Perla, 2016).
Por otro lado, el contexto que se vive en Lima carece de gobernabilidad respecto al control del transporte y residuos que las industrias y la población arrojan a los ríos. Esta situación conlleva a que el tratamiento de agua sea más dificultoso debido a su nivel de contaminación. Otro aspecto a señalar es que diversas regiones del país han mostrado un crecimiento y desarrollo económico incluso mayor que Lima. Por último, cabe resaltar que la tendencia de consumo está cambiando, se está priorizando los temas ambientales y de género, sobre todo en la generación de los millenials (Iturregui & Perla, 2016).
En ese sentido, los cambios señalados en el Perú son aspectos que deben ser tomados en cuenta por las empresas para replantear sus estrategias, analizar el actual escenario y tener una visión global como agente de cambio en la sociedad peruana, de esa manera, las acciones de responsabilidad social estarán más alineadas con las necesidades de la comunidad. Con respecto al consumo, las empresas deben comprender que no solo venden productos o servicios, ya que los consumidores actuales tienen mayor conciencia socioambiental.
Por tanto, se puede señalar que en la actualidad varias empresas ya emplean políticas de RSE; sin embargo, éstas aún no se incorporan a las medianas y pequeñas empresas. Según el primer Portal de Responsabilidad Social del Perú, presentado en el mes de noviembre del 2015, se cuenta con 184 proyectos de RSE de 49 empresas. Asimismo, en el Perú existen más de 60 empresas que elaboran sus reportes de sostenibilidad y comunican su desempeño (Mayen, 2016). Ello resulta importante para comprender la magnitud y saber cuánto más se tiene que trabajar. A continuación, algunos ejemplos de proyectos de alto impacto de RSE que están ejecutando algunas empresas en el Perú.
Alicorp: Recuperar Alicorp, La Radio saludable, Alimenta el futuro. Banco de Crédito del Perú: Matemáticas para todos, Obras por impuestos. UNACEM: Aporta al acceso de los servicios básicos de agua y alcantarillado. Ferreyros: Promueve maquinaria para el desarrollo. Xstrata Copper: planta de lácteos – desarrollo del sector ganadero en Espinar. Telefónica del Perú: Aulas hospitalarias, Inclusión digital.
Por otro lado, cabe resaltar las alianzas estratégicas que realizan algunas empresas con el Estado en la búsqueda de lograr un mayor impacto. Un ejemplo de ello es el programa “Perú Responsable”, el cual es promovido por el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo como parte de sus iniciativas para la promoción de la cultura de Responsabilidad Social Empresarial en los sectores públicos y privados. Este programa presentó el año pasado “Los 33 casos de éxito de RSE aliado con el Estado” (PERU 2021, 2016). Como se puede observar, la responsabilidad social es un eje de acción que involucra a diversos sectores públicos y privados, y se debe de buscar mayores sinergias para lograr resultados significativos.
En esa línea temática, Henri Le Bienvenu, gerente general de Perú 2021, señala que la RSE se ha convertido en un aspecto fundamental para obtener una ventaja competitiva en el mercado, ello luego de ser consultado sobre la reciente medida adoptada por la Superintendencia de Mercado de Valores que exige como requisito anexar reportes de sostenibilidad en las memorias financieras anuales de sus emisores. Henri resalta que los grupos de interés como los colaboradores, los clientes y la ciudadanía en general, exigen cada vez más conocer la manera en que la empresa se gestiona y cómo previene o actúa frente a los posibles conflictos o impactos que pueda generar (Corresponsables, 2016). Ello representa un avance como país, ya que de alguna manera desde el Estado se está incentivando que las empresas muestren resultados concretos sobre sus programas de RSE y cuánto han avanzado durante el año en términos de sostenibilidad.
En la actualidad, las empresas cada vez son más conscientes de la importancia de la RSE”
En la actualidad, las empresas cada vez son más conscientes de la importancia de la RSE.
Por ejemplo, según la primera Encuesta sobre el Estado y la Sostenibilidad, publicada por KPMG, en la cual se analiza la valoración de 100 CEO del país, el 71% de los encuestados indicó que la sostenibilidad es un camino clave para lograr el crecimiento y la innovación en su organización (Corresponsables, 2016).
Por otro lado, según la encuesta de Global Research Marketing en el 2013, solo el 26% de empresas, de un universo aproximado de 140, indicaron que tenían programas de RSE. Luego en el año 2014, 58% indicó que su empresa ya las implementaba. Por último, el 98% indicó que se trataba de un tema entre relevante y muy relevante (El Comercio, 2015).
Por otro lado, cabe resaltar que el tema de la responsabilidad social va más allá del enfoque empresarial. Según indicó Diana Chávez, Directora del Centro Regional para América Latina y el Caribe en el apoyo al Pacto Mundial, la responsabilidad social ha dejado de ser un tema exclusivo del sector privado, ahora es una práctica abarca a todos los sectores: comunidades, sector público, ONG y sociedad civil; ya que el único medio para lograr una sociedad más equitativa, poner fin a la pobreza y hacer frente al cambio climático es que todos estemos unidos e involucrados en la nueva Agenda Global de Desarrollo (Corresponsables, 2016). Las acciones responsables conciernen a todos los agentes de la sociedad, la sostenibilidad debe ser un tema que motive a todos los sectores a seguir trabajando, no solo debe ser un tema del Estado o del sector privado.
En ese sentido, se puede observar que, si bien es cierto existe mayor noción y conciencia en las organizaciones del país acerca de la Sostenibilidad como gran eje de acción y la RSE, todavía falta plasmar todo ese concepto en proyectos concretos que generen mayor impacto en los grupos de interés de acuerdo al core business de cada empresa. Prueba de ello es que, de acuerdo a un estudio realizado por Global Research Marketing que presentó la
percepción de gerentes de empresas grandes y medianas, se indicó que si bien es cierto se ha incrementado el nivel de preocupación por los ejecutivos por la RSE, todavía existe un 34% de empresas que le dedica menos del 1% de su presupuesto.
Asimismo, respecto a la evaluación de las actividades de RSE en empresas peruanas, el 62% de ejecutivos considera como regular el trabajo de RSE y solo el 31% califica los programas de RSE como “buenos” (Gestión, 2016). Ello constituye un desafío para mejorar y desarrollar las estrategias y planes de acción de las empresas y así incrementar el nivel de calidad de los programas de RSE, de manera que es una oportunidad de mejora en todos los sectores.
La RSE en el Perú es un aspecto en constante evolución, en la cual falta implementar diversos ejes y también abarcar las empresas en todos los niveles. Para ello, cabe resaltar que es necesario mayor trabajo en conjunto con el Estado, las universidades, los medios de comunicación y los ciudadanos quienes también deben mostrar un comportamiento socialmente responsable.
Reflexiones finales
De acuerdo a lo mencionado en este artículo, podemos señalar que la Responsabilidad Social Empresarial en el Perú aún está en desarrollo, todavía hace falta que las organizaciones plasmen de manera asertiva sus programas y se logre mejores resultados. Sin embargo, no se puede desmerecer el hecho que poco a poco las organizaciones van comprendiendo que las políticas corporativas de sostenibilidad son fundamentales para mantenerse en el mercado. Se insta a las empresas a que más allá de los cumplimientos y presentación de reportes de sostenibilidad, deben buscar mayor efectividad en sus programas, que las metas y estrategias a implementar estén más alineadas con los requerimientos de sus grupos de interés, sobre todo, que se pueda monitorear y medir los indicadores del impacto generados para tomar mejores decisiones en los siguientes programas corporativos de responsabilidad social.
Asimismo, las empresas deben seguir innovando utilizando herramientas adecuadas, captando al mejor talento humano, buscando alianzas estratégicas con otras organizaciones del sector público y privado logrando mayores sinergias para lograr mejores resultados. El escenario actual, exige que las empresas se adapten; los grupos de interés cada vez exigen mayor compromiso por parte de las empresas; no solo se trata de seguir una moda o tendencia en el ámbito de los negocios, sino que se trata de crecer como organización de manera responsable generando el mayor impacto posible desde las acciones de su giro de negocio y los programas de RSE que implementan.
Por otro lado, el Estado también cumple un rol importante para incentivar a las organizaciones las buenas prácticas de responsabilidad social, no solo desde el cumplimiento de leyes o aplicación de sanciones, sino desde la muestra transparente como ejemplo que deben impartir las instituciones públicas y sus funcionarios. Las iniciativas como el Programa Nacional “Perú Responsable” crean un clima favorable que motiva a las empresas para participar en diversos proyectos de responsabilidad social como aliados estratégicos. Asimismo, el hecho de haber suscrito un nuevo Marco de Cooperación de las Naciones Unidas para el Desarrollo, para el período 2017-2021 para enfrentar los desafíos de Desarrollo Sostenible, exige mayor compromiso como país, donde no solo está involucrado el gobierno, sino todos los agentes públicos y privados para cooperar en la consecución de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) enmarcados en la agenda 2030.
Finalmente, la sociedad civil es un pilar fundamental para seguir promoviendo las buenas prácticas de responsabilidad social en las organizaciones. Los consumidores, exigen cada vez más mayor información a las empresas, ya no se conforman con un buen producto, sino que el nivel de consciencia es más elevado y benefician con su preferencia a aquellas empresas que aparte de ofrecer un producto de calidad muestre de manera comprobada acciones socialmente responsables. La sociedad civil se identifica con diversos programas de responsabilidad social, cada vez hay mayor participación en los voluntariados corporativos, mayor compromiso en la búsqueda por mejorar la situación actual y ser agente de cambio. Sin duda, todavía queda un largo camino por recorrer en cuanto a la responsabilidad social empresarial en el Perú, el desafío es grande y se espera seguir construyendo bases sólidas para un futuro sostenible.
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Este artículo fue tomado de la Revista InnovaG de la PUCP. Puede verlo en su sitio original haciendo click aquí
(Artículo tomado de la Revista InnovaG)