En esta oportunidad, el Corlad Áncash, a través de su equipo creativo tiene el honor de presentar a las mujeres que más han destacado en nuestra región. Sus aportes en comportamiento, liderazgo, arte y cultura se traducen en el calendario 2023. Para superar el deterioro de las fotografías por el natural pasar los años, éstas sido procesadas para lograr su recuperación usándose además fondos de acuarelas. Algunas imágenes han sido cedidas por las mismas destacadas. Así, se han procurado utilizar fotografías que muestran a las mujeres emblemáticas en su época primaveral, apreciándose por ejemplo, cómo se usaba el uniforme del recordado colegio Santa Rosa de Viterbo de Huaraz, con el uniforme azul oscuro, con botones aperlados y la boina característica; o la indumentaria de colores andinos de nuestras cantantes; o el peinado, propio de cada época.
Agradecimientos a:
- José Antonio Salazar (por ceder las biografías)
- Jaime Fabián Giraldo
- Diana Rodríguez Colonia
- Yuliana Lupe Trejo Flores
Sarita Colonia
Nació en Huaraz, en el barrio de Belén, el 1 de marzo de 1914. Su padre, Amadeo Colonia era un humilde carpintero que buscando un futuro mejor para sus hijos, se trasladó a Lima con toda su familia cuando la pequeña Sara contaba con apenas diez años.
Como en esos tiempos no existía aún la carretera de Huaraz a Pativilca, el viaje a Lima era muy penoso. Había que trasladarse en acémila a Casma en tres largas jornadas. Luego, allí se tomaba el vapor que venía de Paita. En seis días de navegación se llegaba al Callao.
Fue precisamente en el Callao donde la familia Colonia Zambrano se asentó. La pequeña Sara culminó sus estudios primarios como interna en el Colegio Católico Santa Teresita dirigida por religiosas francesas. De no ser por la enfermedad de la madre, la que obligó a la familia a retornar a Huaraz, hubiera recibido los hábitos, como era su sueño. A la muerte de su madre, se hace cargo de sus hermanos menores pues el padre, ya viudo, adquirió un nuevo compromiso. Sus hermanos la recuerdan hacendosa, preocupada por enseñarles los principios de la fe católica.
Nuevamente establecida en Lima, a partir de 1934 trabaja al servicio de una familia italiana, para ayudar económicamente a su familia. Luego, vivió con una tía en el Callao, y le ayudaba en su puesto de venta de verduras. La gente le empezó a llamar con mucho cariño Sarita, pues era muy amable en el trato y se distinguía por su gran espíritu cristiano. Durante sus salidas y días libres, se dedicaba a evangelizar y a ayudar a los más necesitados.
Así transcurrió su vida, en el servicio a Dios y al prójimo. El 20 de diciembre de 1940, a la edad de 26 años, Sarita Colonia fallece de paludismo pernicioso en el hospital San Juan de Dios, en Bellavista, Callao. Sus restos fueron enterrados en el Cementerio Baquíjano de ese puerto, por su pobreza, sólo recibió los honores de una fosa común.
La gente a la que había hecho favores en vida, la iba a visitar al cementerio y fue corriendo la voz de que al llevarle flores, les seguía ayudando si se le rezaba con devoción. Poco a poco la fama de Sarita Colonia fue creciendo.
Hoy en día la fama de la santidad de Sarita Colonia ha rebasado las fronteras del Perú. Sarita Colonia es la santa de los pobres, de los migrantes y marginales. Todos los lunes, se forman inmensas colas ante su tumba, formada por quienes desean recibir de ella algún favor o milagro. Al pueblo no le importa mucho si la Iglesia no admite el trámite para la beatificación de esta santa que se ha ganado un lugar en el corazón de todos los peruanos.
Angélica Harada Vásquez
Nació en Shacsha, provincia de Yungay, el 30 de mayo, de 1938. Creció con la música y bailes de los danzantes shaqapas. Mitsujo Haradam, su padre, inmigró al Perú en las primeras décadas del siglo XX. Natural de Miyano, Japón, Mitsujo trabajaba en la hacienda de Trapiche cuando conoció a Juana Vásquez Bonilla, natural de Yungay. Fruto de esta unión nació Angélica Harada Vásquez, en mayo de 1938, en el pueblo de Shacsha, en Yungay, Ancash. Angélica cuenta:
«Mi mamá tenía su fonda en Trapiche. Allí se conocieron. Allí salió el romance y nací yo. Pero mi madre se fue a Yungay a dar a luz a su pueblo y mi padre se quedó. Lo conocí muchos años después.»
Angélica Harada fue descubierta, Enma Torres, su maestra, quien la motiva presentarse en los festivales escolares. Así, empieza a cantar pasillos, boleros y rancheras, pero por consejo de su cuñada incursiona en el huayno. ‘Mi cuñada me dijo;
“Tienes bonita voz, puedes cantar huayno”. Me decían “la única japonesa que canta con alma de chola”. En 1960, realiza su primera presentación en el Coliseo Nacional, en el distrito de La Victoria, Lima. En 1967, recibe la Medalla de Oro del Sindicato de Actores del Perú.
Angélica ahora es reconocida por temas como “Yungay”; “Llanganuco” , “Tragedia Ancashina” y “Mi sufrimiento Yungay”; “ Cumbres del Huascarán”; “Huascarán”; “El Paria”; “Lejos y Ausentes”; “Todo se puede olvidar menos el primer amor”; “Corazoncito”; “Soy peruano”, “Retorno a Huaylas”, canciones que han sido escuchadas no sólo en Perú, sino también en diferentes países, como el Japón, país que visitó gracias a la invitación de un cónsul honorario.
Gracias a una investigación científica del 2009 se reveló un vínculo genético entre las culturas Mochica (Perú) y la Ainu (Japón). Dicho descubrimiento inspiró a que la Princesita interpretara ocasionalmente huaynos en japonés.
Angélica Harada es un ejemplo de amor al Perú. Sus rasgos nikkei no le impidieron difundir el folclor andino, ejerciéndolo apasionadamente durante 58 años de carrera artística. Por su labor ha sido condecorada por el Centro Cultural Peruano Japonés (1987), el Ministerio de Educación, otorgándole Las Palmas Artísticas del Perú en el grado de Maestra (1989), Intercambio Cultural con Japón (1990), Congreso de la República del Perú (2005), que le entregó el Reconocimiento, y por diversas instituciones más en el Perú, Estados Unidos, Europa y Japón, los cuales la convierten en la natural Embajadora Cultural del Perú.
Teresa Gonzáles De Fanning
Notable escritora ancashina, natural del Santa, donde nació un 12 de agosto de 1836. Tuvo una esmerada educación y trasladada a Lima, se casó con el marino Juan Fanning, héroe de la Guerra del Salitre, quien falleciera en la Batalla de San Juan, dejando una imperecedera frase: “Muero por la Patria”.
La joven viuda se dedicó a la enseñanza, preocupándose en la educación femenina. Sus ideas pedagógicas se plasmaron en diferentes escritos publicados en los principales diarios de Lima. Abogó por los derechos sociales de los docentes y predicó la formación de los padres de familia en asociaciones que colaboren con la labor educativa. Escribió textos de Historia, Geografía y Religión.
Su calidad intelectual hizo que sea incorporada al “Ateneo de Lima”, grupo exclusivo de los escritores capitalinos. Dedicada a la literatura, escribió muchas novelas con los seudónimos de “María de la Luz” y “Clara del Risco”. No tardó en convertirse en el centro de la escena cultural limeña y nacional.
Su influencia en la novela, el cuento, la educación y la reivindicación de la mujer, han sido muy grandes. Doña Teresa Gonzáles de Fanning falleció en Lima el 7 de abril de 1918, rodeada de la admiración y gratitud general.
Lola Blanco Montesinos
Nació en Lima en 1907. Fue una educadora y política peruana. Se destaca porque trabajó a favor de la mujer ancashina como legisladora y educadora. Así, como diputada, gestionó la creación del Colegio Nacional Nuestra Señora de las Mercedes de Carhuaz en Áncash.
En 1956 estuvo en el primer grupo de mujeres con escrutinio elegidas a la Cámara de Diputados del Congreso de la República del Perú, cargo que ocupó hasta 1962. Fue hija de Emilio Blanco y Margarita Montesinos. Hizo sus estudios escolares en el Colegio del Corazón de Jesús y los Sagrados Corazones. Ingresó a la Universidad de San Marcos de Lima, obteniendo el título de pedagoga. En 1935 obtuvo los grados de bachiller en Letras y Jurisprudencia en la Universidad Católica y, posteriormente, el título de abogada y el doctorado.
Se casó con Juan Francisco La Rosa Sánchez y Rodríguez en 1937. Fue profesora de diversos colegios; desde 1935, fue directora del Colegio Nacional de Mujeres de Huaraz, cargo que ocupó cuando se produjo el aluvión de Huaraz del 13 de diciembre de 1941. Luego de la aprobación del sufragio femenino, postuló a la Cámara de Diputados por Áncash en las elecciones de 1956, siendo una de las nueve mujeres elegidas al Congreso. En el parlamento, integró la Comisión de Bibliotecas y Museos Nacionales, la Comisión de la Madre y del Niño, y la Comisión de Legislación Especial.
Falleció el 30 de julio de 1997, a la edad de 90 años.
Rosa Cerna Guardia
Nació en Huaraz en 1926. Fue profesora, poetisa y escritora de literatura infantil.
Desde 1953 residió en el distrito de Barranco en Lima, componiendo gran parte de su obra poética. Publicó varios poemarios y cuentos del género infantil. Colaboró en el diario La Crónica en la década de 1950, mientras que entre 1956 y 1962 parte de su producción poética apareció en la Revista de Educación, órgano de Educación Primaria. Recibió el Premio Internacional de Prosa Poética sobre la Encíclica de Pío Doce (1955).
Hizo una producción lírica e infantil destacando Imágenes en el agua (1956), Figuras del tiempo (1957), El mar y la montaña (1959); Desde el Alba (1966); Mis palabras al viento (1968), El Hombre de paja (1973), El mundo de los niños, Tataramundo I (1989), Tataramundo II (1990) y Al alcance de los niños (1990).
En 1972 su obra fue seleccionada en España para una antología de la Literatura Infantil Hispanoamericana. Además, fue acreedora de varios galardones tanto en España como en Perú. Su libro Los Días de carbón obtuvo varios premios (Segundo Premio «Lazarillo» en España. Mención Honrosa Premio Nacional Fomento a la Cultura «José María Eguren» y Premio Nacional de Literatura Infantil «Juan Volatín», por la Municipalidad de San Isidro, Lima).
Recibió el Premio «César Barranquino» (1989) por Una rosa blanca, y el Segundo Premio «Grabados Literarios», Barranco por Abecedario.
Por su ejercicio en la docencia obtuvo las Palmas Magisteriales en el grado de Educador (1993) y de Maestro (1999). Recibió el Premio de Poesía Nisei del Perú por su poemario Mis Palabras al viento (2018).
Ha obtenido la Mención Honrosa de Teatro Escolar por El niño de los ojos azules (1963), el I Premio en el Concurso Internacional de Literatura Infantil IBBY de Chile (1968), auspiciado por la Refinería de Azúcar de Viña del Mar, por La niña de las trenzas azules.
Falleció en Lima el 10 de diciembre del 2012.
María Amez Márquez
Nació en Chacas en 1939. Es docente, escritora e historiadora . Destacan sus investigaciones sobre el folklore de la sierra ancashina. Tiene publicados 4 libros acerca de las danzas precolombinas de la zona de Conchucos y el Callejón de Huaylas en la sierra ancashina, además de varios cuentos infantiles con temática andina. Hizo sus primeros estudios en Chacas y fue estudiante del colegio nacional De La Libertad de Huaraz. Se graduó como docente de primaria ejerciendo su carrera en San Luis, Chacas y Huaraz.
Incursiona desde 1997 a un campo cuyos horizontes hasta antes de esta fecha, era desconocido, palpable pero misterioso. Hasta entonces nadie, salvo error u omisión, trató el tema del folclore como lo ha concebido Amez Márquez y lo escribe y describe en su libro Huanquilla Danza Folklórica Ritual Recreacional.
María Amez Márquez construye una narrativa para hablar de la flora, con aventuras de seres fantásticos que ayudan a cultivar la tierra, otras donde la naturaleza ayuda a mitigar el hambre de las personas. También, presenta historias sobre la fauna andina: cuentos sobre el desequilibrio que producen algunos insectos en las plantas, para luego involucramos en las peripecias del incomprendido arias (zorrillo) o las aventuras del bagre (Challwa) de los ríos, pez casi extinto. El impacto pernicioso que causan los incendios a la flora y fauna de la sabana andina es tratado en “El fuego”. Así, la autora, entrega ecocuentos narrados con gracia, agilidad y pericia para los pequeños del hogar.
Ella se vale de sus páginas para despertar la curiosidad de los estudiosos que sin duda ven en los ceramios muy antiguos, representados los cascabeles, sonajas, raspadores, bastones de ritmo y zumbadores; además de quenas, flautas, antara, chisca, bombo, etc. También se ocupa del vestuario de cada componente del grupo de danzantes y sus coreografías representando a las fases de la luna, etc. Un pequeño libro de valioso contenido.
Así se abocó a la investigación del folklore ancashino publicando artículos investigativos en las revistas Prensa Regional de Áncash y El Pregonero de Chacas.
Se destaca en la producción de cuentos infantiles y obras de teatro con temática andina. Ha basado su trabajo en los niños por lo que escribió:
Poesía para niños (1988),
Cuentos y poesías para niños (1990);
Cuentecillos Andinos I (1996),
Cuentecillos Andinos I y II (2003).
Ecocuentos para niños (2010);
Poesías y teatro para niños (2015).
Abarca y analiza a fondo el origen cultural de las danzas precolombinas de la sierra ancashina. Sus textos sirven como base teórica para la declaratoria como patrimonio cultural del Perú de dos danzas rituales de Áncash: la mozo danza y el paso huanquilla.
Shajshas, danzas rituales-religiosas (1997).
Toggtu, danzas rituales de origen precolombino en Chacas-Asunción (2000)
Vestimenta y simbología: la montera (2001).
También ha escrito “Arás y el Kiswar en Wilcaywanca”; “Turmanyé”; “Wankilla, Capitales”.
María Alvarado Trujillo
Nació en Malvas, Huarmey, Áncash en 1930. Fue conocida como La Pastorita Huaracina. Esta cantautora de música andina incursionó en la radio y televisión como productora, directora y animadora además de ser promotora cultural y política.
Su padre, Hipólito Alvarado, fue agricultor y director de la Banda de Músicos. Fue la última de 12 hermanos. Se casó con Carlos Romero, director de Los Andes del Perú. Tuvo 2 hijos (Luz Elena Romero Alvarado y Kimilsun Hipólito Alvarado Trujillo).
Inició su vida artística a los 12 años en danzas andinas y luego en el canto. Fue una intérprete de Mujer Andina, El Obrero, Huanchaco, Luis Pardo, Río Santa,Todo se Puede Olvidar, El Zorro Negro; “En el Cielo Las Estrellas; “Así canta Ancash”, “Quisiera Quererte”, “Malvacina”, “Ay!, Zorro Zorro”, “Canteño de mis Amores”, “Rosas Pampa”, “Mujer Andina”, “Tu Boda”, “El Paria”, “Río Santa”, “El Gorrioncito”; “Callejón de Huaylas”.
Ha sido considerada como una de las mejores intérpretes de la música andina.
Viajó a Europa, Asia y América recibiendo el reconocimiento como Embajadora y Decana de la Música Andina, Reina y Señora del Canto Andino, y por su brillante carrera fue reconocida como Patrimonio Cultural Viviente de la Nación. La Cámara de Senadores la condecoró con el grado de Comendadora de la Nación, el Ministerio de Educación con las Palmas Artísticas en el grado de Maestra, así como el Poder Ejecutivo a nombre del Estado la condecoró con La Orden del Sol en el Grado de Gran Cruz. También participó en el Festival de la Amistad de Corea del Norte.
Por más de tres décadas condujo su programa “Canta el Perú Profundo” por Radio Agricultura, Radio Nacional, Radio La Crónica y Radio Santa Rosa.
Como política, encausó luchas y demandas gracias a su voz y acciones. Dedicó su arte al mundo entero, hasta que un cáncer de estómago acabara con su vida en 2001.
Fue condecorada por el Congreso de la República en 1991 y fue condecorada con la Orden del Sol.
El 24 de mayo de 2001 falleció por cáncer gástrico. Sus restos fueron incinerados y arrojados al río Santa en Huaraz.
Posteriormente en 2007 se estableció el “Día de la Música Ancashina” en homenaje al aniversario de su fallecimiento, ocurrido un 24 de mayo, por haber dedicado su vida a “preservar y difundir la música regional ancashina”. En 2022 recibió un reconocimiento póstumo por parte del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables del Perú otorgándosele la condecoración “Orden al Mérito de la Mujer”.
Violeta Ardiles Poma
Nació en Pampas Grande, Áncash el 30 de diciembre de 1945).
Es educadora, escritora y poeta peruana.
Fue profesora y directora de la Escuela Primaria Mixta en la provincia de Carhuaz (1969 – 1988).
Luego de su jubilación como docente, se dedicó a la escritura y a fomentar la lectura a través de talleres en los colegios y bibliotecas de la ciudad de Huaraz.Ha escrito varios libros, entre ellos:
Cuentos telúricos.
Destellos poéticos.
Ternura (poesía para niños).
Flor de cactus (poesía).
Los cuentos de shullya.
Metáfora de Teo y Facundo (cuadro ediciones mejoradas y aumentadas).
Caramelito de limón (poesía para niños):
Mosaico de amor (poesía para niños).
Poesía, que seria de mí sin ti (poesía).
Taratatita (poesía para niños).
Algunos premios y reconocimientos:
Medalla Cívica de la Municipalidad Provincial de Carhuaz -1999.
Medalla Estela de Chavín, Premio Regional de Cultura – 2000.
Medalla INC Áncash.
Medalla INC Áncash (en el día Internacional de la mujer).
Medalla Cívica de la Municipalidad Provincial de Huaraz – 2006.
Medalla del Consejo Nacional Todas las Sangres – 2009.
Medalla del Dios Guari de Chavín, DDC Áncash – 2015.
Medalla Cívica de la Municipalidad Distrital de Independencia – 2015
Medalla de la Municipalidad Distrital de Antonio Raymondi – 2015.
Tiene varios diplomas, medallas, reconocimientos y trofeos de instituciones estatales y particulares, nacionales y extranjeras. Es antologada a nivel nacional e internacional.
El 11 de diciembre de 2019 recibió las Palmas Magisteriales en grado de Amauta de parte del Ministerio de Educación por su labor de docencia en zonas rurales de los Andes.
Dedica estas líneas a su querido pueblo:
Huarás, de mis ojos estrella
dulces latidos de mi corazón,
te amo mi ciudad bella
con toda mi alma y razón.